Hoy me he quedado profundamente impresionada por la noticia publicada en Terra.es acerca del rito de ablación que se realiza sobre las mujeres de Kuria, ante el horror de la ceremonia, de sus consecuencias y sobre todo de la presión social que se ejerce sobre estas jóvenes a que deben someterse a ella para no manchar el nombre de su familia, que hace que vayan conscientes del sufrimiento al que van a someterse porque no tienen otra salida.
Sobran las palabras ante estas situaciones, la amputación que impide a las mujeres gozar de una vida sexual en pareja se realiza impunemente a 135 millones de niñas y mujeres en todo el mundo, nada menos que a ¡135 millones! y la comunidad internacional mira a un lado, como en otros tantos asuntos, y no solo es que se le impida tener una vida sexual normal, es que en la mayor parte de los casos se realiza bajo condiciones infrahumanas, sin anestesia y con consecuencias terribles de infecciones y hemorragias que les cuestan muchas veces la vida.
Me cuesta creer que seres que consideramos humanos sean capaces de algo así. Me quedo sin palabras.
Sobran las palabras ante estas situaciones, la amputación que impide a las mujeres gozar de una vida sexual en pareja se realiza impunemente a 135 millones de niñas y mujeres en todo el mundo, nada menos que a ¡135 millones! y la comunidad internacional mira a un lado, como en otros tantos asuntos, y no solo es que se le impida tener una vida sexual normal, es que en la mayor parte de los casos se realiza bajo condiciones infrahumanas, sin anestesia y con consecuencias terribles de infecciones y hemorragias que les cuestan muchas veces la vida.
Me cuesta creer que seres que consideramos humanos sean capaces de algo así. Me quedo sin palabras.
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