miércoles, 19 de marzo de 2008

Club de las madres imperfectas

Transcribo el artículo de Lucía Etxebarria, que quería compartir con vosotros


"Yo no soy una buena madre. Trabajo fuera de casa y además viajo. Dejo a mi hija con canguros. Vivo sola. No he proporcionado a mi hija ese entorno familiar estable que entronizan los manuales de pediatría y las revistas de papel cuché. No soy una buena madre, pero pago todas las facturas de mi hija, apenas duermo para poder llevarla al colegio todos los días, dedico prácticamente todo mi tiempo libre a su cuidado y todo mi espacio mental a pensar en ella. No soy una buena madre, como no lo somos ninguna. Es lo más parecido a lo que vivíamos en la primera adolescencia. La que intimaba con los chicos era una puta, la que se resistía era una estrecha: no había término medio. El caso es que nunca llueve a gusto de todos y una mujer nunca hace las cosas bien. A la madre nunca se le valora lo que hace y, para colmo, no tiene derecho a quejarse, so pena que se le diga que… es una mala madre.


Nuestra sociedad es perfeccionista y quiere individuos perfectos. Superhombres que se afeiten con acabado impecable, que conduzcan coches que apenas hagan ruido, que vayan al gimnasio tres veces por semana. Supermadres de brillante sonrisa y siluea juncal, triunfadoras en todos los ámbitos, adoradas por sus maridos y respetadas por sus jefes, y criadoras de niños sanos y emocionalmente estables. Nuestra sociedad ha convertido el goce en un modelo, y el goce inmediato en el calor supremo. Y un niño no es goce ni inmediatez. Un hijo implica renuncia y perspectiva. Y sobre todo, implica aceptar que la perfección no existe. Usted, que me lee ¿está con los nervios de punta porque no le da tiempo de hacer todo lo que debería? ¿Tiene diez kilos de más? ¿Desearía que a veces fuera él el que se ocupara de la compra, de la colada, de los biberones y de la visita al pediatra? ¿A veces se enfada, a veces está harta, a veces llora y a veces, muchas veces, no está en condiciones de dar lo mejor de sí misma? Estupendo. Bienvenida al Club de las Malas Madres. Recuerde: no somos las mejores, pero somos mayoría."

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