No hay amiga o conocida con la que hable que en su propio trabajo o en otro anterior no haya sufrido en algún u otro sentido por ser mujer, es lo que comentaba el otro día este interesantísimo artículo de El Pais.
Yo os puedo contar mi experiencia. Cuando me inicié a buscar trabajo, en la entrevista de una gran empresa de consultoría me preguntaron si tenía pareja, ante la duda de si ser sincera o no le dije la verdad, que en ese momento sí la tenía pero que su existencia no tenía relación con mi desempeño profesional, no me volvieron a llamar para una segunda entrevista ni me hicieron una oferta laboral, no sé si ese fue el motivo o no, pero lo cierto es que a nadie se le debiría tener en cuenta algo así a la hora de encontrar un trabajo, pero es cierto que es así, y el solo hecho de tener familia o aspirar a tenerla, la empresa lo interpreta como una falta de entrega profesional, que ya tienes tu corazón y tu mente en otro sitio; es curioso en cambio que la misma respuesta de la boca de un hombre, según algunos psicolocos de empresa se interpretaría justamente al contrario, se trataría de una persona fiel s su raices y comprometida con la empresa a la que pertenece.
Mi otra experiencia negativa sería cuando dije que estaba embarazada en mi empresa, instantaneamente temas que llevaba directamente yo empezaron a irse de mi competencia directa (y faltaban muchos meses hasta mi baja), dejaron de convocarme a las reuniones más importantes como si ya dejara de llevar esos temas (aunque el trabajo de fondo, el duro, nadie me lo quitó). Y que decir de las pegas para tomarme mis horas de lactancia después o la reducción...nada que pueda llevar a un tribunal, no me bajaron sueldo (pero en adelante las subidas estarán imposibles) ni me bajaron de nivel profesional (en ningún sitio queda escrito lo que hacía antes y lo que hago ahora) pero como dice el artículo, algo que va mermando poco a poco tu autoestima y tus ganas de trabajar, y por supuesto, quita al resto de las compañeras las ganas de meterse en el mismo berenjenal...
Desde luego, es idílico estar en este maravilloso mundo laboral.
Yo os puedo contar mi experiencia. Cuando me inicié a buscar trabajo, en la entrevista de una gran empresa de consultoría me preguntaron si tenía pareja, ante la duda de si ser sincera o no le dije la verdad, que en ese momento sí la tenía pero que su existencia no tenía relación con mi desempeño profesional, no me volvieron a llamar para una segunda entrevista ni me hicieron una oferta laboral, no sé si ese fue el motivo o no, pero lo cierto es que a nadie se le debiría tener en cuenta algo así a la hora de encontrar un trabajo, pero es cierto que es así, y el solo hecho de tener familia o aspirar a tenerla, la empresa lo interpreta como una falta de entrega profesional, que ya tienes tu corazón y tu mente en otro sitio; es curioso en cambio que la misma respuesta de la boca de un hombre, según algunos psicolocos de empresa se interpretaría justamente al contrario, se trataría de una persona fiel s su raices y comprometida con la empresa a la que pertenece.
Mi otra experiencia negativa sería cuando dije que estaba embarazada en mi empresa, instantaneamente temas que llevaba directamente yo empezaron a irse de mi competencia directa (y faltaban muchos meses hasta mi baja), dejaron de convocarme a las reuniones más importantes como si ya dejara de llevar esos temas (aunque el trabajo de fondo, el duro, nadie me lo quitó). Y que decir de las pegas para tomarme mis horas de lactancia después o la reducción...nada que pueda llevar a un tribunal, no me bajaron sueldo (pero en adelante las subidas estarán imposibles) ni me bajaron de nivel profesional (en ningún sitio queda escrito lo que hacía antes y lo que hago ahora) pero como dice el artículo, algo que va mermando poco a poco tu autoestima y tus ganas de trabajar, y por supuesto, quita al resto de las compañeras las ganas de meterse en el mismo berenjenal...
Desde luego, es idílico estar en este maravilloso mundo laboral.
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