Hay estadísticas escalofriantes, y las de la violencia de género es una de ellas, trístemente es algo que por desgracia no hay semana que no oigamos en las noticias, el último asesinato hace sólo cuatro días, y parece que la sociedad no se da cuenta del problema que tiene, mujeres secuestradas (porque no tiene libertad para alejarse de la influencia de los violentos), mujeres ultrajadas (con daños psiquicos y físicos) y finalmente asesinadas (siempre cuando la víctima ha decido dejar de serlo), que son vecinas nuestras, es gente de nuestro barrio, de nuestra ciudad (el otro día en el telediario de la primera daban otra cifra impactante, casi un 30% de personas conoce un caso de violencia de género, ¡y cómo es posible que no se denuncie!), y no hacemos nada por ellas, porque si lo conocemos no queremos entrometernos o nos ponemos una venda en los ojos.
Es hora de cambiar las cosas desde la base, denunciemos estas situaciones por ellas (a veces están tan metidas en el problema que no son capaces de verlo o de enfrentarse a él), hagamos que los agresores no se vean encubiertos, cambiemos la educación que se da a los más jóvenes a través de la televisión o otros medios, las personas no tienen dueño, la mujer es la poseedora de su cuerpo, de sus sentimientos, de su vida.
Como afirma este reportaje de Telecinco, no existe un perfil de agresor ni de víctima, todas, nuestras hijas si no cambiamos las cosas pueden convertirse en una de ellas.
Están muy bien las políticas de alejamientos judiciales, de juicios rápidos, de ayudas a las víctimas,... pero en las manos de las personas de a pie está erradical el problema antes de que lo haya, antes de que una más se una a estas estadísticas.
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